Justificación
Las telecomunicaciones han presentado un crecimiento exponencial en las ultimas décadas [18], este impulso se ha logrado gracias al interés particular de las corporaciones del mundo de las telecomunicaciones. Estas son las que establecen la dirección de la investigación y el desarrollo de nuevas herramientas -Software y Hardware- de acuerdo a un criterio de beneficio-costo, siguiendo intereses económicos y políticos, que cercan los aportes sociales que puedan realizarse en el área.
Un aspecto importante y que ha generado un fuerte debate mundial, es sobre el uso de toda la infraestructura tecnológica instalada, que se encuentra monopolizada por las llamadas corporaciones de medios masivos. Estos grupos utilizan esta grandiosa plataforma tecnológica para transmitir mensajes que son utilizados como punta de lanza de la dominación ideológica, política y tecnológica. Este torrente de mensajes generado durante varios años, ha impuesto una hegemonía cultural liderada por una minoría. Las tecnologías de información han sido -y siguen siendo- utilizadas como herramientas de manipulación masiva de la conciencia política, económica y cultural de los pueblos siendo las armas de destrucción masiva de las llamadas Guerra de cuarta generación. El modelo que impulsa la evolución tecnológica actual -a nivel mundial- obedece solo a intereses mercantilistas que buscan el establecimiento de imperios de poder ideológico y tecnológico.
- "El efecto de las fuerzas fundamentales que mueven la demanda y la oferta se ve multiplicado por la tendencia mundial hacia la liberalización de los mercados de bienes y servicios de telecomunicaciones y tecnología de la información. Por efecto de esta tendencia, la mayoría de las redes de telecomunicaciones son actualmente de propiedad y explotación privadas. Se han adoptado también medidas significativas para introducir la competencia a nivel nacional, regional e internacional. Especial importancia reviste el Acuerdo de la Organización Mundial del Comercio (OMC) por el que se liberaliza el comercio de servicios básicos de telecomunicaciones, celebrado en febrero de 1997 por 69 países que representan colectivamente más del 90% de los ingresos mundiales de telecomunicaciones. El Acuerdo entró en vigor el 5 de febrero de 1998. El nuevo marco creado por la OMC para el comercio y la reglamentación de los servicios de telecomunicaciones ha de facilitar la auténtica mundialización de las industrias de equipos y servicios de telecomunicación, así como del ramo tan afín de la tecnología de la información" [19].
Esta visión de las telecomunicaciones de la OMC (Organización Mundial del Comercio), contrasta con la posición de Noam Chomsky -intelectual Norteamericano, profesor del MIT y conocido por sus trabajos sobre la hegemonía cultural- quien defiende que las infraestructuras de telecomunicaciones deben ser públicas y estar en manos de las comunidades. Ante una pregunta sobre el impacto social y cultural de que las telecomunicaciones sean manejadas por las grandes corporaciones responde:
- "Es una forma de tiranía. Pero, ese es el objetivo de la corporación, intentar alejar lo público de la toma de decisiones sobre aquello que pertenece a su misma esencia, limitar los campos de discusión públicos, controlar la opinión, asegurarse de que las decisiones fundamentales que determinan cómo va a funcionar el mundo; lo cual incluye la producción, el comercio, la distribución, el pensamiento, la política social, la política exterior, todo no está en manos públicas, sino más bien en manos de un altamente concentrado poder privado. En efecto, la tiranía irresponsable de lo público. Y hay varias formas para hacer esto. Una es tener el sistema de comunicación, también llamado sistema de información, en manos de una red de pocas o muchas no importa mucho, tiranías privadas" [20].
La estrategia de las corporaciones en torno a las comunicaciones, es hacer llegar el mensaje –o contenido- influenciado por un fin político estratégico, buscando establecer como explica Fukuyama [21], un pensamiento único. Este pensamiento único en conjunto con factores sociales y económicos forman matrices de opinión que evitan que los individuos receptores de ese contenido, lleguen a tener una visión clara de la realidad.
Esto solo tomando en cuenta el componente blando de las tecnologías: el contenido, como lo explica Varsasky. Pero hay que destacar que el componente duro: la plataforma tecnológica, también tiene un sentido político que viene dado por la ideología de pensamiento del que la desarrolla. Actualmente el sentido político de los grandes desarrollos tecnológicos en el mundo de las comunicaciones apunta hacia la creación de dependencia tecnológica (neocolonialismo tecnológico) en las sociedades, ofreciendo productos que no son pensados para solucionar los problemas reales de los pueblos sino para lograr fines más depurados, dominación [22].
A esto hay que agregar el marco legal que se ha creado entorno a los derechos de autor de las corporaciones encargadas de desarrollar hardware y software sobre todos sus productos, así como también de las corporaciones de medios sobre todo el material y contenidos que producen.
Es necesario que el enfoque de Investigación y Desarrollo en Telecomunicaciones este fuertemente arraigada en el marco de la misión y visión de CENDITEL, siempre haciendo análisis críticos de los modelos de administración de las telecomunicaciones existentes, evaluando el impacto que estas tecnologías producen sobre las comunidades que las utilizan.
Un interesante punto de partida de esta discusión es el acercamiento de las telecomunicaciones, en sus aspectos teóricos y técnicos, a las comunidades, estableciendo como una de las metas que las comunidades implementen sus propias plataformas de telecomunicaciones y generen sus propios contenidos para difundirlos y comunicarse en una red nacional de telecomunicaciones comunitarias.
El apoderamiento progresivo por parte de las comunidades de estas infraestructuras de telecomunicaciones, así como el proceso de transferencia y apropiación de tecnología y conocimientos, contribuirá con la producción nacional de contenidos que permitan emerger dinámicas para atender las necesidades de la población, desde el pueblo y para el pueblo.